martes, 28 de junio de 2011

El surgimiento, el régimen y las guerras del Anticristo

Daniel 11, 1ª parte
     Las profecías del capítulo 11 de Daniel abarcan una serie de acontecimientos que se producen a lo largo de un período de más de 2.000 años, desde Alejando Magno hasta el advenimiento del próximo dictador mundial al que se conoce como el Anticristo. Buena parte de ese capítulo es muy claro y muy inteligible, por ejemplo la descripción que hace de ciertas características del Anticristo y su régimen. En cambio otras, como las guerras que libra para hacerse con el poder y consolidarlo, todavía yacen envueltas en misterio. Al igual que con otros pasajes de las profecías de la Biblia referentes al Tiempo del Fin, puede que no los entendamos cabalmente hasta que se produzcan o estén próximos a producirse. Por ahora podemos especular, pero con la precaución de no ponernos dogmáticos. Debemos seguir abiertos a otras interpretaciones que el Señor nos revele.

     El capítulo 10 de Daniel crea el marco para el capítulo 11. Aproximadamente en el año 538 a.C, durante el reinado de Ciro el Grande, rey de Persia, Daniel ayunó durante tres semanas, tras lo cual se le apareció un emisario angélico (Daniel 10:1-6). «He venido —declara el emisario— para hacerte saber lo que ha de suceder a tu pueblo en los últimos días —el Tiempo del Fin—, porque la visión es para esos días» (Daniel 10:14).
     El pasaje de la visión que se refiere al Tiempo del Fin comienza en Daniel 11:21: «Se levantará un hombre despreciable a quien no se le han otorgado los honores de la realeza. Vendrá cuando haya tranquilidad y se apoderará del reino con intrigas» (versión LBLA).
     Se describe al Anticristo como «un hombre despreciable» porque así es como lo considera Dios. Sin embargo, en ese momento habrá engañado a los pueblos del mundo haciéndoles creer que es estupendo, que es su salvador. No queda claro el significado de «no se le han otorgado los honores de la realeza», pero podría hacer referencia a que ejercerá un gobierno de corte absolutista, al estilo de las viejas monarquías, pero sin el título. Llega al poder pacíficamente, por medio de intrigas, es decir, con astucia política. La versión Reina-Valera de la Biblia use el término halagos en lugar de intrigas. Eso indicaría que se valdrá de la diplomacia y el carisma para hacerse con el poder.

Daniel 11:22: ¿La primera guerra del Anticristo?
     Versículo 22: «Las fuerzas [contrarias al Anticristo] serán barridas delante de él como con inundación de aguas; serán del todo destruidos, junto con el príncipe del pacto».
     Aunque el Anticristo llegará al poder pacíficamente, luego se valdrá de la fuerza para aplastar toda oposición y consolidar su posición. Podría tratarse de una guerra, de una amenaza de guerra o de un predominio militar, aunque al decir «inundación de aguas» parece hacer referencia a una guerra.
     La expresión «príncipe del pacto» indica que el Anticristo es también el príncipe del pacto, no que es también destruido. Por Daniel 9:26,27 sabemos que el Anticristo logrará establecer un pacto de paz (explicado más abajo); por lo tanto, el príncipe de ese pacto es sin duda él mismo.
     Versículo 23: «Después del pacto [alianza o tratado] con él [el Anticristo, el príncipe del pacto], engañará y subirá, y saldrá vencedor con poca gente».
     En un pasaje anterior, Daniel 9:26,27, las profecías aluden al Anticristo como el príncipe del pacto: «Un príncipe que ha de venir [...], por otra semana [un septenio] confirmará el pacto con muchos». La firma de ese pacto señalará el comienzo de los siete últimos años que precederán a la segunda venida de Jesús y el Arrebatamiento.
     Por lo visto, esa alianza será una suerte de tratado de paz que además será un pacto religioso, posiblemente relacionado con la espinosa cuestión de la coexistencia en Oriente Medio de judíos, musulmanes y cristianos. Jerusalén podría ser declarada ciudad internacional, y el tratado garantizaría por igual a todas las confesiones acceso irrestricto a la misma. El pacto también podría despejar el camino para que los judíos finalmente reconstruyan su Templo en el Monte Moriah (Jerusalén) y reanuden los sacrificios de animales en su altar, rito que no se ha practicado desde la destrucción del último Templo en el año 70 d.C. (En Daniel 11:31 el Anticristo pone fin al continuo sacrificio; cabe inferir, pues, que el mismo deberá reanudarse en algún momento. La firma del pacto parecería ser un momento propicio para ello.)
     Si bien todo parece indicar que la primera guerra del Anticristo se producirá antes de la firma del pacto de siete años (versículos 22 y 23), no se especifica contra quién la librará. Si la misma se centra en Oriente Medio, como especulan algunos, es probable que tenga que ver con Israel y la gran presencia militar estadounidense en esa región.
     El Anticristo «engañará». Será muy astuto y embaucador, pues «subirá, y saldrá vencedor con poca gente», o con «pueblo pequeño» como traducen algunas versiones el vocablo hebreo meat. Eso podría significar que el Anticristo llegará al poder gracias a su popularidad entre el «pueblo pequeño» o la gente pobre del mundo, las masas, a las que se conquistará con sus políticas económicas y sociales. O tal vez quiera decir que obtendrá el poder con la ayuda de una «pequeña» élite de personas de su entorno.
     Versículo 24: «Estando la provincia en paz y en abundancia, [el Anticristo] entrará, y hará lo que no hicieron sus padres, ni los padres de sus padres; botín, despojos y riquezas repartirá [...], y contra las fortalezas formará sus designios; y esto por un tiempo».
     «Botín, despojos y riquezas repartirá». Esta frase parece indicar que redistribuirá la riqueza para ganarse el apoyo de las gentes de baja condición en los países que conquiste. La misma impresión da una frase del versículo 39 que dice: «Repartirá tierras como recompensa» (versión RVR1995). Posiblemente haga referencia a ventajas políticas. «Hará lo que no hicieron sus padres, ni los padres de sus padres». A lo largo de la Historia, han sido muy pocos los conquistadores que distribuyeron la riqueza o repartieron las tierras entre los pobres. La excepción más notable fue el comunismo. Quizás el Anticristo se suba al carro de un renovado movimiento hacia el comunismo mundial.

Daniel 11:25,26: ¿La segunda guerra del Anticristo?

     El adversario militar del Anticristo entra en escena en el versículo 25: «[El Anticristo] incitará sus fuerzas y su corazón contra el rey del sur con un gran ejército; y el rey del sur movilizará para la guerra un ejército muy grande y muy poderoso; pero no podrá resistir, porque [el Anticristo y sus fuerzas] urdirán intrigas contra él» (versión LBLA).
     Por lo visto, en ese momento el rey del sur tendrá más fuerzas que el Anticristo. Una vez más, si esta guerra se centra en Oriente Medio, seguramente tendrá que ver con Israel y la gran presencia militar estadounidense en la región.
     Versículo 26: «Aun los que coman de sus manjares le quebrantarán; y su ejército será destruido, y caerán muchos muertos».
     La batalla dará un giro cuando el rey del sur sea traicionado por algunos de los suyos, tal vez a consecuencia de las maquinaciones del Anticristo mencionadas en el versículo anterior.
     Es posible que esta guerra se libre después de la firma del pacto (versículos 22,23), pero antes de su ruptura y del inicio de la Gran Tribulación ?tres años y medio después de la firma del pacto?, puesto que en este pasaje eso no sucede hasta el versículo 31.
     Versículo 27: «El corazón de estos dos reyes será para hacer mal, y en una misma mesa hablarán mentira; mas no servirá de nada, porque el plazo aún no habrá llegado».
     Según parece, el Anticristo librará una guerra para llegar al poder, tras lo cual firmará el pacto (versículos 22 y 23). Luego librará una guerra con el rey del sur (versículos 25 y 26), y ambos bandos firmarán la paz —posiblemente reafirmando su adhesión al pacto—, aunque sin ninguna intención de respetarla.
     Versículo 28: «Volverá a su tierra con gran riqueza, y su corazón será contra el pacto santo; hará su voluntad, y volverá a su tierra».
     Aunque en ese momento el Anticristo no romperá el pacto de siete años, ya estará resuelto a hacerlo, presumiblemente porque otras partes no lo estarán respetando.
(Continuará)

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